Ácido láctico
Es un ácido suave que se caracteriza porque mejora el aspecto de la piel de forma más suave y aporta luminosidad. “Es de los pocos que se podría utilizar antes del verano o para asistir a un evento porque no produce una gran descamación”, puntualiza.
Ácido glicólico
Fue el primer ácido con el que se empezó a trabajar, los resultados dependen de la concentración y está indicado sobre todo para pieles grasas. “A bajas concentraciones se puede usar a nivel domiciliario porque la descamación es suave, regular la producción de seco y esa ligera exfoliación hace que los poros se cierren así como supone una rehidratación porque estimula las capas más profundas”, afirma. En cambio, cuando la proporción de ácido glicólico es mayor, a partir del 70 por ciento se considera un peeling médico, la regulación del sebo es mucho mayor, cierra más los poros y elimina de forma superficial las manchas.
Ácido salicílico
Este activo produce una exfoliación superficial que es perfecta para tratar las espinillas y los puntos negros. Además, esta técnica ayuda a preparar la piel para otros tratamientos más profundos. “Está indicado para pieles acneicas pero hay que tener cuidado si el paciente emplea cremas que puedan hacer que la piel esté más sensible”, sugiere. En este punto, Vega recuerda que los peeling químicos no son aptos para personas que tomen isotretinoina, un eficaz fármaco contra el acné. “En estos casos, hay que esperar hasta seis meses después del tratamiento”, añade.
Ácido tricloroacético (TCA)
Es el que más se utiliza después del ácido glicólico y su acción depende mucho tanto de la concentración como de la forma y el tiempo que se aplique. “Es exclusivamente de uso médico, ya que tiene unos efectos medios y profundos, para problemas de marcas, manchas y pequeñas arrugas. Si la exfoliación es muy profunda, debemos advertir al paciente de que la piel estará muy descamada en los días siguientes”, indica Vega.
El TCA ofrece una alternativa y es que a veces se le añaden aditivos como el agua oxigenada para que la irritación de la piel sea menos llamativa pero la acción dure más en el tiempo. Además, se podría aplicar incluso en verano aunque extremando las medidas de fotoprotección solar.
Ácido mandélico
Es muy similar al ácido láctico y se emplea mucho después de las vacaciones para personas que requieren una recuperación suave porque su piel no está demasiado dañada.
Ácido azelaico
Actúa a nivel medio y es ideal para pieles oscuras con fototipos 4, 5 y 6 porque evita cualquier hiperpigmentación. Este activo se suele utilizar para pieles grasas y con manchas.
Existen otros ácidos, como el de fenol indicado para arrugas prominentes, así como en ocasiones se optar por la combinación de varios. En cualquier caso, Vega sugiere ser muy cuidadosos e valorar el efecto de cada uno de ellos.